La Toxicología Forense es una rama de la ciencia forense que se centra en el estudio de sustancias químicas, drogas y venenos, y su relación con la ley y la justicia. Su objetivo principal es investigar y determinar la presencia, la cantidad y los efectos de sustancias tóxicas en el cuerpo humano, especialmente en casos de muerte sospechosa o violenta.
El Laboratorio de Toxicología Forense realiza análisis en muestras biológicas, como sangre, humor vítreo, orina o tejidos corporales, para identificar la presencia de sustancias químicas y determinar su concentración. Esto puede incluir drogas ilícitas, medicamentos recetados, alcohol, venenos y otros compuestos químicos.
Las metodologías utilizadas en este laboratorio son inmunoensayo (EIA), cromatografía líquida acoplada a analizador de masas (UPLC/MS/MS) y cromatografía de gas acoplada a detector de flama y analizador de masas (HS/GC/FI/MS) entre otras.
Puede ser crucial en investigaciones de homicidios, suicidios, sobredosis, accidentes de tránsito, envenenamientos y otras situaciones en las que la intoxicación pueda haber sido un factor contribuyente o la causa principal de la muerte.
Los analistas responsables de realizar estos análisis pueden ser llamadas a testificar en los tribunales con el fin de explicar los procesos analíticos y los resultados para esclarecer hechos bajo investigación.